A veces me baja este sentimiento de que no voy a volver, de que algo me detendrá en el tiempo, pero nunca termina siendo nada. Siempre vuelvo a lo mismo, y esta bien, tampoco imagino que pueda ser de otra manera, podría serlo, pero no quiero.
Continuo inventando historias en mi cabeza, y me mantiene ocupada, pero ya las historias no tienen dueño, más que mi propia imaginación, aquella jodida y destructiva manera de ver las cosas, retorcidas miradas a mi realidad que no apesta tanto como aquella carne podrida que han recorrido mis manos.
Y ya no escribo tanto, ni hago tanta música, ni converso de mis ideas porque ya los que me escuchaban han perdido el interés, además de yo misma haber perdido el interés en querer que me comprendan... me ha aburrido, he perdido muchas capacidades, pero a cambio he aprendido a ceder ante mi egocentrismo que me acechó involuntariamente tanto tiempo, y que ahora reservo en mi conciencia, en aquellos largos viajes solitarios en buses que no me llevan a lugares reales, más bien a modificaciones del espacio pero en distintos contextos. Y que más da...
Algo que decir?
Algo que hacer?
Nade que decir,
Cuando no queda más que hacer.